Las dimensiones de la educación son cuatro y son las siguientes:
- Dimensión moral: la educación moral ofrece capacitar a las personas para resolver de modo responsable y autónomo las alternativas o conflictos axiológicos que se le presentan.
- Dimensión social: la educación del individuo está condicionada socialmente y también está la vida social por la educación de los que van a formar parte de ella. Prepara a los individuos para la sociedad e interviene en ésta ante situaciones de conflicto o de degradación de la vida humana.
- Dimensión económica: al abrirse paso en la economía científica una concepción más amplia del capital que permite su aplicación a los hombres, comienza el desarrollo de la economía de la educación.
- Dimensión política: esta dimensión política relaciona la educación con la vida pública en general y con el Estado en particular, ya que la Administración del Estado recurre a las ciencias humanas para actuar con eficacia, pasando a formar parte de los contenidos escolares un saber público del individuo para poder mejorarlo.
Ahora vamos a situar las dimensiones de la educación dentro de un artículo de opinión referido a la
nueva ley educativa LOMCE. Para ello, a continuación expondré el artículo que he
elegido y seguido de este una reflexión de él y una identificación de que
dimensión o dimensiones de la educación se tratan en
él.
Nuevo viraje
educativo
El
proyecto de reforma facilita la segregación temprana de los alumnos
desfavorecidos
El
Consejo de Ministros aprobó ayer el proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la
Calidad Educativa, que supone un nuevo viraje en un sector que no solo ha de
afrontar sucesivos recortes presupuestarios sino las consecuencias de la
inestabilidad legislativa. Esta es la séptima reforma en lo que llevamos de
democracia y el hecho de que cada vez que hay alternancia política se produzca
un cambio educativo de calado es un pésimo indicador, no tanto de la calidad de
la enseñanza como de la calidad de la política, pues significa que los gobiernos
de turno no han querido o no han sabido consensuar un modelo estable y
duradero.
Hay
medidas que sin duda alguna resultan positivas, como el refuerzo del inglés o de
las nuevas tecnologías. El proyecto contiene también cambios muy discutibles, el
más importante de los cuales es la aplicación de nuevas revalidas obligatorias
al final de la ESO y del Bachillerato y la introducción de un nuevo sistema de
segregación temprana del alumnado a partir de los 13 años. Con esta medida la
ley mira más al pasado que al futuro y recuerda mucho el sistema que consagró la
ley de 1970, que a los diez años ya separaba a los alumnos entre los que irían
al bachillerato y los que no. La ley suprime también la selectividad, pero
permite que las universidades hagan pruebas de acceso. En la práctica, eso
supondrá la sustitución de un sistema objetivo e igualitario, por otro que
permitirá la selección con criterios dispares, no homogéneos y propicios a todo
tipo de disfunciones. Este sistema, unido al aumento de tasas y la reducción de
becas, propiciará la evolución de la universidad hacia un modelo más
dual.
Wert justificó estas reformas en la necesidad de reducir el
alto índice de fracaso escolar. Las cifras son ciertamente preocupantes, pero lo
que esta ley garantiza no es una mejora de los resultados académicos del
conjunto de los alumnos, sino la segregación temprana de los que tienen
dificultades. Es cierto que hay mejorar el rendimiento académico, pero fiarlo
todo al fomento de la cultura del esfuerzo resulta reduccionista. En los
resultados académicos influye la actitud y capacidad del alumno, pero también
las circunstancias sociales en las que se encuentra. El ministro dijo que no se
puede tratar igual a los que son diferentes. Cierto, pero ese principio no debe
estar orientado a excluir a los desfavorecidos, sino a poner los medios
necesarios para poder integrarlos. Establecer vías de segregación en edades
tempranas, sin garantizar además un sistema de vasos comunicantes entre las
distintas vías que permita rectificar decisiones precipitadas, puede mejorar las
estadísticas a corto plazo de los que continúen en el sistema pero a costa de la
equidad social y la igualdad de oportunidades. A la larga, la experiencia de
otros países demuestra que segregar socialmente hace perder talento y acaba
produciendo también peores resultados
académicos.
Tras leer este
artículo, podemos ver que lo que se pretende es acabar con el fracaso escolar
con diferentes medidas, que algunas podemos ver que son completamente
favorecedoras, como el refuerzo del inglés o de las nuevas tecnologías, pero de
otras no estamos tan seguras que vayan a ser las adecuadas, como la introducción
de un nuevo sistema de segregación temprana del alumnado a partir de los 13
años. Aunque también se apunta en el texto que parece que esto se haga más por
razones políticas que por acabar con el fracaso escolar, cosa con la que estoy
de acuerdo porque cada vez que cambiamos de partido en el gobierno sufrimos un
cambio, aunque también puede ser que tenga su efectividad aunque se haga por
esta razón.
En este artículo
podemos ver situadas las cuatro dimensiones de la educación, aunque destaca un
poco más la política.
En el primer
párrafo del artículo, puedo ver que el artículo se puede situar dentro de la
dimensión política, ya que nos dice como se han sufrido varios cambios en las
leyes educativas porque cada gobierno no ve bien lo que el anterior gobierno ha
determinado.
Después podemos
ver también reflejada la dimensión educativa social al hablarnos de esa
segregación del alumno a los 13 años, ya que conecta la escuela con los
intereses de la sociedad. Con esta segregación podemos ver también la dimensión
moral, porque vemos que se pierden algunos valores como la igualdad pero se
fomentan otros como la autonomía y la capacidad de elección a una edad muy
temprana.
Y la última
dimensión que podemos ver reflejada es la económica con ese aumento de tasas y
esa reducción de becas.
En conclusión,
creo que es un artículo que nos hace reflexionar sobre si la reforma va a ser
efectiva y tiene buenos objetivos o todo lo contrario, para ello este hombre nos
da su opinión sobre dicha reforma y la verdad que yo no estoy segura si trata de
una cosa u otra.
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